jueves, 7 de julio de 2011

UN DÍA ME FUI A BÉRGAMO A TOMAR CAFÉ

Lo que hace el aburrimiento. Una tarde de mayo cayó en mis manos un folleto sobre Bérgamo. Mira tú qué sitio más chulo y no lo conozco. Pues eso tiene fácil solución Mr. Green .

Ryanair vuela allí desde Pucela y los horarios son bastante buenos, así que le doy un repaso a su web a ver si hay alguna ganga. La única pega es que no contamos con días libres, así que tendremos que hacer una visita express de sábado a domingo. Encuentro unos vuelos para ir del 29 al 30 de mayo por 6€ la ida y 10€ la vuelta. ¡¡¡Ya está el lío preparado!!! Al ataqueeeee!!! Me los compro y empiezo a pensar la excusa que le voy a contar a mi marido Ojos que se mueven Angel Angel .

Cariño, nos vamos a Bérgamo a tomar café!!!!! (Así, sin anestesia ni nada). Su careto era un poema Chocado . ¿Y qué coños se te ha perdido a ti en Bérgamo? Tú estás mal de la cabeza Malvado o muy loco !!!. Pues sí, un poco tocada del ala sí que estoy, pero ¿qué sería de la vida sin estas locuras? Aplausos Aplausos

Ya no había vuelta atrás. Sólo me quedaba buscar un alojamiento baratito y, a ser posible, que no fuese un antro de mala muerte. Dando vueltas por el ciberespacio me topé con un sitio con muy buena pinta: Central Hostel BG. 50€ la habitación doble con desayuno, acceso a Internet y llamadas internacionales gratuitas, televisión por satélite en todas las habitaciones, aire acondicionado, caja de seguridad y una ubicación excelente a mitad de camino entre la estación de tren de Bérgamo y el funicular a la Città Alta. Lo reservé sin pensármelo dos veces tras ver los precios abusivos que tenían el resto de hoteles. Total, para una noche…

Aquí os dejo su web y unas cuantas fotos:
www.centralhostelbg.com/index.htm


































Llegó el día y a las 9 de la mañana estábamos en el aeropuerto de Villanubla haciendo cola para embarcar. El vuelo salió puntual y en algo menos de 2 horas aterrizamos en Orio al Serio.

Casi me muero de la risa con lo que nos pasó a continuación. Bajamos del avión y estaba un autobús esperándonos a pie de pista para llevarnos a la terminal . Cuando ya nos habíamos montado casi todos llegaron corriendo 2 “chonis” sofocaditas perdidas y preguntaron a voces “¿es éste el bus que va a Milán?” Chocado . No pude aguantarme la risa. Un tío les respondió : “No, éste va a la terminal”. Y ellas dijeron: “Ahhh!!! Entonces ¿el de Milán cuándo pasa?” Ahí la carcajada fue generalizada. De verdad que hay gente que no sé ni cómo se atreve a salir de casa Ojos que se mueven .

Una vez fuera del aeropuerto cogimos el bus hasta la estación. Compramos el billete de 24 horas que permite ir desde/hasta el aeropuerto y el uso ilimitado de todos los autobuses locales y de los 2 funiculares que hay en la ciudad: el de la Città Alta y el de San Vigilio. Precio: 3,50€ y se compra en un mostrador que hay frente a la parada. Hay que validarlo una vez en el bus.

Nada más bajarnos del autobús entramos en la oficina de turismo que estaba al lado. Nos atendieron en español y nos dieron un librito muy majo con mucha información en el mismo formato de las Guías Visuales del País Aguilar (en inglés). También nos dieron un plano.

Tiramos por el Viale Giovanni XXIII (la calle que sale de frente de la estación) y en 10 minutillos estábamos en el hostel. Dejamos los bártulos y salimos a comernos la ciudad.
Siguiendo por la misma calle nos encontramos con las primeras vistas de la Città Alta a lo lejos.



Llegamos a la entrada al funicular y subimos hasta la Piazza Mercato delle Scarpe. La imagen cambia por completo. Todas las calles son estrechas, empedradas, con cuestas….lo que es una ciudad medieval.





Hace mucho calor y se está preparando una buena tormenta Trist . Ya se oyen los truenos.
Callejeando llegamos hasta la Piazza Vecchia. ¡¡¡Qué chulada!!! Lo malo es que ese día celebran un festival y han montado un pequeño escenario delante del Palazzo della Ragione que fastidia todas las fotos Confundido . A pesar de todo, disfrutamos muchísimo del resto de los edificios y de la plaza en sí. Palazzo Nuovo, Fontana Contarini, el Ayuntamiento con su Torre Civica (o torre del Campanone)…











Atravesando un arco nos plantamos delante de la Basílica de Santa Maria Maggiore y de la Capilla Colleoni. Impresionante la fachada!!! A la derecha tenemos el Baptisterio y a la izquierda la Catedral.














Entramos a la Basílica, flanqueada por 2 leones. La decoración es de lo más profusa. Un claro ejemplo de “horror vacui”. No queda ni un hueco libre en las paredes ni techos Sorprendido .

Lo mismo nos pasa en la Capilla. ¡¡Qué cantidad de frescos, adornos, detalles….!! Demasiado recargado para mi gusto. Acabas un poco mareada porque ya no sabes ni a dónde mirar.



Después visitamos la catedral. La fachada es bastante sosita, pero por dentro es muy bonita, mucho más sobria que todo lo que acabábamos de ver.



Como ya teníamos el desayuno en los pies decidimos buscar un sitio para llenar el buche y acertamos de pleno en una especie de panadería que se llama Il Fornaio. No recuerdo el nombre de la calle, pero es fácil de encontrar. Si te pones mirando al Palazzo Nuovo es la calle de la izquierda. Allí venden pizzas al taglio (por trozos y las cobran al peso). También tienen bebidas y dulces, entre ellos la Polenta di Osei, que es muy típica en la ciudad, aunque no la probamos. No hay sitio para sentarse, sólo unas mesas altas y una barra contra la pared donde tienes que comer de pie, pero merece muchísimo la pena. Las pizzas están de muerte y el precio es de lo más económico. Pagamos 9€ por 2 trozos de pizza gigantes, 2 cervezas, una napolitana de chocolate y un café Amistad .







Salimos a la calle después del festín y estaba cayendo un tormentón de cuidado. Nos refugiamos en los soportales del Palazzo Nuovo esperando a que escampase y echándonos unas risas con un grupo de españoles que estaban de despedida de soltero, jejeje Riendo Riendo .

La tormenta duró poco y salió el sol. Seguimos con nuestra visita dirigiéndonos hacia la Cittadella, los restos de una fortificación.






De ahí llegamos hasta el Funicular de San Vigilio y subimos hasta la parte más alta de Bérgamo.



Las vistas eran espectaculares.





Dimos una vuelta por los alrededores del castillo, tomamos un refresco en una terraza (Baretto di San Vigilio) y volvimos a coger el funicular hacia abajo.



Desde ahí nos dirigimos hasta el Parco delle Rimembranze, muy bonito y cuidado y visitamos la Fortaleza de la Rocca. Lo tienen todo lleno de tanques antiguos y monumentos en memoria de los caídos en las diferentes guerras en las que ha participado Italia.







Me gustó el sitio y otra vez teníamos ante nosotros unas vistas de cine.





Nos acercamos después al antiguo monasterio de San Francesco, que está muy cerquita, en la Piazza Mercato del Fieno. Es la actual sede del Museo de Historia de la ciudad. Se conservan 2 claustros. En el primero, el de “los arcos” aún se pueden admirar restos de frescos en las paredes en bastante buen estado.







El segundo claustro, el ”del pozo” tiene un mirador con vistas a las montañas.
Allí nos encontramos con una fiesta Erasmus en plan chill out. ¡¡Qué puntazo!! Todo el mundo poniéndose ciego a birras en medio de ese entorno tan precioso. Me faltaban los de la despedida de soltero para acabar liándola, jijiji.



Estaba empezando a atardecer y decidimos bajar hacia la zona de la Piazza Vecchia y en vez de coger el funicular para llegar a la Città Bassa nos dio el punto y bajamos andando, a través de la Porta di San Giacomo.



Vimos los restos de la muralla, las montañas al fondo y, al final, una buena panorámica de toda la Città Alta. Es un paseo muy agradable. No lleva más de 20 minutos y es sencillo. (Si fuese cuesta arriba ya sería otro cantar).





De camino hacia el hostel vimos el Teatro Donizetti, la antigua Iglesia de Santa Maria Maddalena y el Sentierone. Estábamos en plena zona comercial, pero no teníamos ninguna gana de ir a gastarnos la pasta en trapitos. Más que nada porque todas las tiendas eran del tipo Zara, Pimkie, Mango y cosas por el estilo que tenemos en casa.







En el hostel, tras una duchita rápida, aprovechamos para hacerles gasto y llamar a la familia “by the face”. Esto de que te regalen las llamadas internacionales es la caña. ¡¡Qué lástima no tener ningún amigo en Singapur para haberle dado un toque!!

Salimos a cenar. Teníamos intención de pasar por La Bruscheta, porque lo recomendaban en muchos foros, pero estaba hasta arriba de gente, así que pasamos.
Dimos un par de vueltas y encontramos un sitio que nos gustó: Ristorante La Ciotola, en Viale Giovanni XXIII 86. Comimos carpaccio de pulpo como entrante para compartir y de plato principal yo pedí un risotto ai funghi porcini buenísimo y mi marido tagliatelle ai cozze e vongole, bien regado con 2 birras Moretti de medio litro. De postre un tiramisù casero, un café y 2 limoncellos por 38€ incluyendo lo que te clavan en todos los sitios de Italia en concepto de “pane e coperto”.

No nos apetecía quedarnos por ahí de juerga (tampoco vi demasiado ambiente, la verdad) así que nos fuimos a la piltra.





El domingo amanecimos a eso de las 9. No teníamos demasiada prisa. Recogimos los trastos y bajamos a desayunar. El “buffet” era bastante simple, pero a nosotros nos sobra con poca cosa porque no somos de comer demasiado por la mañana. Había café, infusiones, leche, zumo tipo “Tang”, galletas, pan tostado, mantequilla y mermelada, yogures y plátanos.

Nuestra idea era dejar la mochila en consigna hasta que llegase la hora de ir al aeropuerto e irnos a dar una vuelta por la Città Bassa tranquilamente. Problema: en el hostel no tenían una consigna “al uso”. La chica de recepción nos dijo que podíamos dejar los trastos en una sala que había al lado….pero no tenía puerta. Había que dejar las cosas en el suelo a la vista de todo el mundo. Nos aseguró que no había problema porque tenían sistema de videovigilancia. Como yo soy desconfiada por naturaleza decidí que nos íbamos con la mochila a cuestas.

Nos acercamos hasta la estación de tren a ver si allí había consignas…Pues tampoco.
Preguntamos en información turística y nos dijeron que la consigna más cercana estaba en el aeropuerto (buen sitio, muy a mano Malvado o muy loco !!!), pero que había un hostel por allí cerquita donde permitían que la gente dejase las cosas aunque no fuesen clientes. ¡¡Jodo, qué casualidad!! Era el hostel donde habíamos dormido…así que nuestro gozo en un pozo y nos fuimos de excursión con la mochila al hombro.

Allí al lado de la estación entramos al Piazzale degli Alpini, donde habían montado una especie de mercado medieval muy chulo con productos típicos de las diferentes regiones italianas y parte del extranjero. También estaban preparando un show con tamborileros, trompeteros y unos tíos que hacían malabares con banderas.













Estuvo entretenido. Aprovechamos para comer algo antes de irnos y pillamos el bus al aeropuerto.
El avión salió puntual y en 2 horas estábamos en nuestra humilde morada y ¿sabéis qué? CON GANAS DE LARGARNOS OTRA VEZ A DÓNDE FUERA!!!!


¡¡Qué bien sientan estas mini escapadas!! Aplausos Aplausos

4 comentarios:

  1. Bergamo... que recuerdos!!!!!, tus fotos me recuerdan mucho a las mias!!!!!! me ha gustado volver a releerlo!!!!!

    ResponderEliminar
  2. Interesante y útil, muy detallado, viene bien para hacerse idea de la ciudad, una posible visita. Incluso, tal vez, excesivamente detallado (te sugeriría no meter tantas fotos, aparte de lo que me ha costado llegar hasta Jose Mari, coñe, que ya pensé que ni salía!).

    Un abrazo de uno que acaba de sacar esta tarde los billetes rayanaéreos para volverse un fin de semana a "su" Roma.

    ResponderEliminar
  3. Me ha venido estupendamente esta entrada para mi escapada de diciembre. Gracias por compartir tan estupenda información.

    ResponderEliminar
  4. Qué interesante ahora que vamos para Verona, Lago Garda y vuelta a Bérgamo. Espero que Ryanair no nos haga una mala pasada. Saludos viajeros. El LoBo BoBo
    www.el-lobo-bobo.com

    ResponderEliminar