jueves, 7 de julio de 2011

ARGENTINA INFINITA

DÍA 11: EN EL CULO DEL MUNDO

Amanece despejado. No hace demasiado frío. Tras un desayuno de campeones con unas mediaslunas de quitar el sentido y un mate de los caseros de verdad (hay que ver lo que me estoy acostumbrando al yerbajo…) nos ponemos en ruta rumbo a los lagos Fagnano y Escondido.


Por fin vemos un poco Ushuaia. Es más grande de lo que pensaba. Anoche sólo vimos lucecitas viniendo del aeropuerto. No hacemos más que salir de la ciudad y nos come la nieve. Estaba todo impresionantemente blanco, precioso. Unas montañas de escándalo por todos los lados y hielo, muchísimo hielo.
Nos cuenta el conductor que lleva unas ruedas especiales con tacos para no patinar en el hielo. Ya decía yo… si me sueltan a mí al volante por allí hago caída libre en el primer barranco como está mandado Avergonzado .
Los paisajes son indescriptibles. Mejor que veáis las fotos.











Tras algo más de una hora llegamos a la cabecera del lago Fagnano. Estábamos completamente solos. ¡¡Qué bonito!! Fotos por aquí y por allá y camino de vuelta con parada en el paso Garibaldi y vistas al lago Escondido. Nos llega la nieve casi a la rodilla pero no hace nada de frío. Fotos, más fotos, meada del conductor incluida, jijiji.










Caen un montón de desprendimientos por las laderas de las montañas y hacen un ruido brutal.


Volvemos hacia Ushuaia con intención de comer en Las Cotorras (me habían hablado muy bien del lugar). Paramos allí y…tela marinera…la pista de patinaje sobre hielo más grande que he visto Chocado .


Yo no podía ni salir del coche sin dejar el culo pegado al suelo. Llevaba unas botas de trekking buenas, pero era igual. Daba un paso y depositaba mis dignas posaderas en el suelo Riendo . Mi marido descojonándose de mí el muy capullo porque él no se había caído todavía….eso, todavía… porque nos dedicó un precioso despatarre seguido de un intento de “voy a ver si me levanto sin que se note” y a continuación pirueta triple con los brazos en alto….para acabar diciendo. Joder! Cómo resbala esto!!!! Jajajajaja, casi me muero allí mismo. No sabía si volver a meterme al coche o sacar la tarjetita que tienen los del jurado en las competiciones de patinaje con la puntuación por su alarde de virtuosismo sobre hielo Aplausos Aplausos .


Conseguimos acceder a Las Cotorras y no había nadie. Esperamos, desesperamos y no vinieron…así que nos fuimos Malvado o muy loco .


Pasamos por el cerro Martial. Vimos el telesilla y p’arriba!! Hay buenas vistas de la ciudad, pero en ese momento nos pilló un poco de niebla y no se apreciaba bien. Había muchísima gente esquiando.


Regresamos a Ushuaia y el conductor nos dejó en el centro. Pasamos por el Banco de la Nación Argentina a cambiar pasta y justo al otro lado de la calle vimos un restaurante que nos gustó. Se llama La Rueda, en la Avenida San Martín. Tenían unos corderos patagónicos asándose en la misma puerta y no lo dudamos. El sitio está genial. Es un tenedor libre y por 50 pesos te pones tibio a ensaladas y carne hasta explotar (bebida y postre incluidos). El cordero me encantó. Delicioso, de verdad. He de reconocer que soy de tierra de cordero y aquí ni lo cato porque me sabe a bicho, pero el de allí es mucho más suave y tiernísimo. Nos metimos al cinto una botella de Malbec Latitud 33 para acompañar las viandas y de postre un bombón suizo almendrado que debería estar prohibido. ¡¡¡Qué cosa más buenaaaaa!!!





Paseito por Ushuaia para bajar el atiborramiento. Preciosa la ciudad. Me encantaron los carteles reivindicativos de: “Malvinas argentinas” que hay por todos los lados (y Gibraltar, español, con dos coj*nes!!! Mr. Green ).











Bajamos hasta el puerto porque queríamos contratar la excursión del Canal Beagle para el día siguiente.
Allí encontramos el famoso cartel de “Ushuaia, culo del mundo” al que yo tenía muchas ganas, jajaja. Mi abuela me solía decir: “hija, todo el día viajando por ahí. Un día te vas a ir al culo del mundo”. Y acertó, jijiji Aplausos .














El puerto está lleno de casetas de diferentes agencias de viajes que ofrecen más o menos lo mismo. Encontramos una que tenía una pequeña diferencia con respecto a las otras: la navegación no se hacía en un catamarán sino en un barco pequeño con capacidad para 12 personas y además duraba una hora más que el resto de empresas. Se llama Patagonia Explorer. Nos costó 150 pesos por persona y reservamos para el día siguiente a las 3 de la tarde. Nos regalaron una agenda a cada uno, un vale para canjear por un mapa antiguo en una tienda de recuerdos, otro vale por dos chocolates calientes en La Laguna Negra, otro para una degustación de cerveza artesanal en el bar Darwin y otro para un par de chocolates en una cafetería del cerro Martial. Al cerro no íbamos a volver…pero todo lo demás íbamos a ir a canjearlo en breves instantes, jejeje Riendo .


Primero pasamos por la oficina de turismo que hay en el puerto. Mierda!!! Acababan de cerrar (eran las 4:10 Malvado o muy loco ).


Subimos a la Avenida San Martín a por los chocolates de La Laguna Negra. El mío se lo bebió mi señor marido porque ya os he dicho que no soporto el chocolate y menos cuando es igual que un colacao. De ahí a la oficina de turismo de la misma avenida a que nos pusieran los sellos en el pasaporte. Nos pusieron 3 diferentes de: Ushuaia, la ciudad más austral del mundo. Nos regalaron un par de diplomas por haber llegado tan lejos y no nos cobraron un duro (en algunos foros habían comentado que les clavaron unos cuantos pesos por ello). Pasamos por la tienda de recuerdos a coger nuestro mapa (imitación de un mapa antiguo fotocopiado).


Vimos, después, un paseo de artesanos, con cuatro tenderetes carísimos y con poca variedad. Nos dimos de morros con la Oficina Antártica, donde tramitan los viajes al continente de hielo que está a 1000 km de nada Guiño .





Y de ahí, al bar Darwin de cabeza a por nuestra degustación de cerveza gratis. Nos sacaron 3 jarritas pequeñas de cerveza artesanal: rubia, roja y negra. Muy ricas todas, pero me quedo con la rubia.





Después, al antiguo presidio, que es ahora un museo antártico, naval, patagónico y no sé cuántas cosas más. La entrada son 50 pesos, pero aquí pude por fin colar mi carnet universitario del año 93 que me acompaña en tantos viajes y que tantas veces ha colado. Yo pagué 20 pesos, a pesar de que la de la foto de carnet parece mi hija Riendo .


Me gustó el museo. Es curioso. Tienen una parte tal cual estaba cuando era el presidio y mandaban allí a lo mejorcito de cada casa. ¡¡Qué grima!! Te cuentan muchas historias de las primeras expediciones a la Antártida. Hay fósiles y esqueletos de animales marinos y muchas cosas más.











Al salir del museo dimos una vueltilla por el centro de la ciudad, compramos un par de imanes y vimos que los precios de todo eran bastante más altos que en el norte del país.


Ya nos sonaban las tripas, así que entramos a cenar en La Casa de los Mariscos (Avenida San Martín) y pedimos centolla al natural. Te la sirven preparada para que no tengas que andar peleándote con el bicho, pero a mí lo que me gusta de comer marisco es precisamente eso, jijiji y chupetear las patas Riendo





La centolla no está mal, pero el que haya probado un centollo gallego en condiciones entenderá la diferencia. Ésta del canal Beagle me recuerda más a los palitos de cangrejo congelados, porque es bastante insípida Ojos que se mueven . Comimos también unas gambas buenísimas a la plancha, todo acompañado por un buen vinito blanco de Mendoza. Total de la cuenta: 205 pesos. Carillo, pero es Ushuaia.


Un taxi a la hostería (15 pesos) y a dormir.

1 comentario:

  1. Soy de Ushuaia y te agradezco el buen relato y las excelentes fotografías que has realizado de mi ciudad. Es un verdadero orgullo que hermanos españoles que nos visitan aprecien y hagan tan buen comentario de nuestra ciudad. Saludos desde el culo del mundo. Graciela

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